El autoconcepto
El autoconcepto es la imagen que uno tiene de sí mismo. Y para llegar a esto se unen varios factores: la influencia que tienen los individuos con los que una persona se relaciona habitualmente, y la manera en la que uno se percibe atendiendo a sus rasgos de personalidad, y características propias. Todo ello conforma el autoconcepto.
El autoconcepto nace con el ser humano, y de forma progresiva se va desarrollando en función de las vivencias, así como de las situaciones que se van dando de manera diaria.
Además, se puede ir modificando en función de los acontecimientos que surjan. No es algo inamovible, sino que depende de lo que va surgiendo en la vida de una persona y del rol que desempeña.
El autoconcepto tiene dos componentes fundamentalmente:
• Identidad personal: Aquí intervienen factores que se atribuyen al propio individuo como son los rasgos de personalidad, sus gustos, su visión personal, pensamientos, ideas y creencias.
• Identidad social: En este apartado intervienen elementos relacionados con el ámbito social de una persona, pueden ser sus amistades, la familia, el tipo de religión al que pertenece, las actividades que realiza en algún tipo de comunidad, o de ocio, la universidad, o las relaciones de trabajo.
Ambos factores configuran el autoconcepto de una persona, y sirven para reforzar su identidad por lo que definitivamente el tener idea de que es lo que somos nos ayudara a descubrir la potencialidad de nosotros mismos.
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