Inteligencia emocional en niños y adolescentes
-La inteligencia emocional es la capacidad que tenemos las personas para poder detectar, reconocer y gestionar las emociones propias y ajenas. Se refiere también a una capacidad para manejar una serie de habilidades sociales y actitudes.
Los elementos que la componen son: a) la conciencia de uno mismo como ser que siente, piensa y se relaciona con otros en diferentes entornos; b) la capacidad para una apropiada autorregulación de las emociones que sentimos; c) un adecuado control de impulsos que nos permite pensar antes de actuar, previa valoración de las consecuencias que nuestros actos pueden acarrearnos y d) la capacidad para regular los niveles de estrés y ansiedad. Por lo tanto, ser emocionalmente inteligente significa contar con estas habilidades y destrezas al servicio de una vida más equilibrada y productiva.
El desarrollo de herramientas de comunicación interpersonal, autocontrol emocional, autoconocimiento, asertividad, gestión del tiempo, entre otras, es esencial a la hora de desenvolverse en la vida. Estas herramientas pueden adquirirse con el adecuado entrenamiento.
En el mundo empresarial, el entrenamiento en estas competencias se muestra como aquello que marca la diferencia para acceder a determinados puestos de trabajo. De hecho, son herramientas imprescindibles para casi cualquier puesto.
Dichas herramientas, que se engloban en lo que denominamos Inteligencia Emocional, no sólo abren las puertas en el terreno profesional, sino que nos facilitan las relaciones interpersonales, mejoran nuestra autoestima y nos ayudan para la consecución de nuestros objetivos vitales, nos acercan a ser un poco más felices.
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